En temporada de lluvia, como la que estamos viviendo en gran parte del país en este momento, es común que lleguemos con los zapatos empapados a casa, por lo que es habitual que busquemos la manera de secarlos.

Lo ideal es que si te mojas el calzado por cualquier causa, lo cambies rápidamente, especialmente si el día es frío, debido a que mantener la humedad en el pie durante mucho tiempo puede causar algunas enfermedades, como un resfriado.

Además, puedes contraer infecciones bacterianas o micóticas como el pie de atleta o las uñas micóticas debido al calor y la humedad en el pie.

Busca un ventilador potegido por la rejilla metálica. Coloca los zapatos sobre la rejilla de manera que el interior este hacia el ventilador y la suela hacia afuera.

Es importante evitar que los cordones no entren en la zona de aspas. Recuerda no dejarlos demasiado tiempo frente al ventilados, ya que podrían quedar demasiado duros y ser incómodos. Es probable que con este método, los zapatos queden secos en menos de 30 minutos.

Primero busca los materiales de los que están hecho, si tienen partes de cuero o piel no debes poner los zapatos en la secadora. Afloja los cordones hasta que midan alrededor de 15 minutos y ata los zapatos entre sí.

Coloca los zapatos con la punta hacia abajo de la secadora y sosteniendo los cordones con la parte superior de la puerta y ciérrala bien. Es importante que los zapatos no se deslicen al interior de la secadora, pues si golpean las paredes podrían deteriorarse.

La temperatura debe ser lo más baja posible. Prográmala con el ciclo completo. Toma en cuenta que la secadora puede intensificar el mal olor en los zapatos.

Saca las plantillas de los zapatos y coloca papel de periódico en forma de bolas en el zapato, llenándolo todo. Utiliza otras 2 o 3 hojas para envolver completamente cada zapato en el exterior. Comprueba el estado del calzado cada 2 o 3 horas y cambia el papel de periódico si está húmedo.

Vierte arroz en un recipiente con tapa o una bolsa de plástico de manera que queden al menos 2 cm de arroz, entre el zapato y el borde del recipiente. Colócalos de manera de que la parte mojada esté en el arroz y que no se toquen entre ellos. Revísalos cada dos o tres horas.

Si sigues estos consejos, evitarás que la humedad dañe tus zapatos, recuerda que deben estar lo más limpios posibles a la hora de secarlos.